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domingo, 28 de agosto de 2011

Cómo conservar el buen humor diario

Conservar el buen humor ante las exigencias diarias es una tarea magnánima, pero no imposible. Debemos tratar de todas formas conservar la sonrisa aún debajo de la tormenta, y esto podemos hacerlo con simples actividades para aplicar a toda hora.

La risa es curativa.
Es una medicina económica y eficaz. Además, los efectos médicos o biológicos de la risa sobre nuestro organismo pueden ser alcanzados con una risa genuina, y también con una risa forzada. Una manera de aprovechar los efectos de la risa en un mal día es forzarnos a reír, que nos hará bien, y además nos predispondrá para obtener en pocos minutos la risa genuina. Mira películas graciosas, lee chistes, mira videos graciosos en Internet o recuerda algún momento en el que te hayas reído mucho, y así vas a encontrar tu propia sonrisa en cuestión de un momento.

Respira. Respirar profundo es una forma de reenergizarnos, de eliminar lo negativo y la pesadez, y de incorporar vitalidad y frescura. Cuando te sientas mal y agobiado, respira inhalando bien profundo, mantén durante dos o tres segundos, y exhala lentamente. Haz esto unas tres a cinco veces, despacio y con calma, y verás que te sentirás mucho mejor, eliminando el ceño fruncido de tu rostro.

Imagina.
Si tu mal humor te persigue y no logras escapar de él, entonces conviértelo en otra cosa; imagina, piensa en ese jefe que te trae problemas, vistiéndolo con un atuendo de payaso recorriendo las oficinas como si fuese normal. Imagina que el auto de adelante cobra vida y se sube a las espaldas de quien lo está conduciendo tan mal. Imagina tener superpoderes que te permitieran arreglar esa ruidosa gotera con sólo mirarla fijo... dejate llevar durante dos o tres minutos con esta idea, y cuando regreses a la realidad, si bien quizás los problemas no estén resueltos, tendrás otra disposición al respecto, mucho mejor y más calmada.


Búrlate de ti mismo.¿Te ha pasado algo malo? ¿No logras verle el lado positivo? Entonces burlate de ti mismo. Ríete de la mala suerte y piensa en cuán bobo es lo que te ha pasado, o cuánta mala suerte has tenido. Sé un poquito cínico y ríete de tu propia desgracia durante unos minutos. Luego, respira profundo e intenta buscarle una nueva solución. Si no funciona, vuélvete a reír y burlar de la realidad por pocos minutos. Esto hará que te sientas menos ahogado y agobiado por la situación, confundiendo a tus emociones para que no se dejen tentar fácilmente por la depresión y la angustia.

http://salud.comohacerpara.com/n6192/como-conservar-el-buen-humor-a-diario.html

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