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terça-feira, 4 de outubro de 2011

¿Son felices los jovenes? Entrevista a Javier Elzo, sociólogo

Javier Elzo reconoce que es difícil definir qué es la felicidad, pero ello no le ha impedido 'rastrear' los caminos por los que viajan los jóvenes buscando ese estado de ánimo. Así lo hace en su último libro, Los jóvenes y la felicidad, que acaba de publicar la Editorial PPC. El catedrático de Sociología de la Universidad de Deusto, cercano a la jubilación, pero cercano también al mundo de los jóvenes, asegura que la mayoría de estos se sienten felices y que en muchas ocasiones son los padres quienes de verdad tienen miedo a su futuro, quizá porque aquellos se han acostumbrado a vivir en la provisionalidad.

¿Los jóvenes se plantean si son felices?
En realidad nos lo planteamos más los adultos. Ellos, fundamentalmente, quieren pasárselo bien. La palabra como tal no se la plantean. Los adultos somos quienes nos preguntamos en ellos. Después de investigar en algunos estudios, he llegado a la conclusión de que la mayoría de los jóvenes se dicen felices; están contentos con la vida. Aunque rastreando un poco en sus respuestas me he dado cuenta de que en realidad son menos felices de lo que dicen que son.

¿No son del todo sinceros en sus respuestas?
Son sinceros, pero he percibido que los jóvenes se sienten muy atados a la familia, a la escuela, al grupo de amigos... Lo cual no es malo, pero no pueden hacer todo lo que quisieran hacer. Hay zonas de sombras, de dudas, de miedos...

¿En qué hechos o en qué valores buscan la felicidad?
Es muy claro que siempre está en sintonía con las relaciones que mantienen con la familia y con el grupo de amigos. En el mundo juvenil todo juega en torno a la familia y los amigos. En las encuestas que hacemos 'cuentan' su vida cotidiana, en la que se encuentran bien, sin graves conflictos. Casi nunca dirán que su felicidad depende del dinero, del trabajo, de la pareja, de las buenas notas... Espontáneamente nunca responderán sobre estos temas en relación con la felicidad, quizá por que lo que resulta de por sí difícil es definir la felicidad. Analizando un montón de indicadores en encuestas como las de la Fundación Santa María o las del INJUVE (Instituto de la Juventud), que en España son prácticamente las únicas que ofrecen una visión global de los jóvenes, veo si se aburren en su tiempo libre, si están contentos con su vida, si creen que tienen libertad para organizaría..., y analizando sistemas de valores y determinados aspectos, que van desde la edad hasta las opciones políticas o religiosas, llego a la conclusión de que lo que les da la felicidad no se corresponde necesariamente con la respuesta que los jóvenes buscan cuando dicen que buscan la felicidad.

¿En el rastreo que ha hecho por lo que consideran la felicidad prima más el ser o el tener?
Manifiestamente el ser, pese a que en muchas ocasiones se vean egoístas, consumidores, despreocupados, incluso hedonistas. La imagen que los jóvenes tienen de sí mismos es bastante preocupante: la autoestima ha caído en picado en los últimos tiempos.

¿Cómo se relaciona esto con la idea de que los jóvenes se definan fundamentalmente felices?
Efectivamente podemos pensar que hay una incoherencia. Pienso que la baja autoestima viene porque lo que ellos buscan como felicidad al final no es lo que en realidad les da la felicidad, como decía antes. Entienden que la felicidad es divertirse con los amigos, noches de juerga, llegar tarde a casa, hacer lo que se les pone en la punta de las narices, no tener ningún tipo de compromiso... Cuando lo que compruebo es que es más feliz el joven que se divierte, pero que trata de no emborracharse todas las semanas, que sabe que al día siguiente tiene que trabajar, que sabe conciliar el pasarlo bien con el trabajo, con el esfuerzo, con el estudio. Este es un hallazgo fundamental.

El joven que tiene una visión altruista de la vida -preocupado por el otro, por lo que pasa en su barrio, por su entorno, por plantearse el tema religioso, aunque dé una respuesta agnóstica-, también es más feliz. Lo mismo ocurre con los que se plantean si se aburren, si están contentos o no con su vida... Al final de este ranking salen los más felices.

¿Quiénes aparecen como los menos felices?
Diría que fundamentalmente sale el joven socialmente 'autista', el que solo piensa en sí mismo. Es aquel que está cerrado en sí y es el que más se aburre, porque no tiene comunicación con el otro, ni tiene comunicación con la vida fuera del yo. En este pensar solamente en él es de donde viene una profunda insatisfacción y una baja autoestima, sabiendo que tiene un gran vacío vital. Es el grito silencioso del joven. Nos encontramos con un joven que quiere buscar la felicidad en eso que vulgarmente entiende como el no control, el despendole absoluto, pero mientras reconoce que es menos feliz que el joven que se divierte con un cierto control. Generalmente, además, suele haber una situación de conflictividad familiar o con los amigos, episodios de violencia, abandono de estudios... Este tipo de jóvenes es el más infeliz de todos, aunque afortunadamente no supera el 9%.

 http://www.ciudadredonda.org/articulo/son-felices-los-jovenesentrevista-a-javier-elzo-sociologo

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